octubre 01, 2011

Brujería I


I

Más por obligación que por un deseo real de hacerlo pero la bruja, ya vestida para dormir con un largo camisón color carne y con su cabello agarrado en una cola de caballo, aún se encontraba despierta.

Su habitación tenía suelo de loza y paredes de madera clara con una sola ventana circular justo en el centro de la pared ubicada a la dirección por donde la luna solía hacer acto de presencia, a diferentes horas debido a su órbita undulante, pero sin fallo alguno. El resto solo era lo necesario para vivir cómodamente como una cama (justo a un lado de la ventana para lecturas nocturnas) y una pequeña cocina.

El rito de la noche era un rito casual que había repetido innumerables veces en el pasado y que nunca le dejaba de interesar. Encendió las velas color escarlata y sobre un papel (a falta de pergamino) escribió el nombre de su “cliente” y de la víctima del embrujo.

Cuando la luz de la luna llena asomó por su ventana ella tenía preparado un círculo de encantamiento realizado con moronas de pan en el medio del cual se ubicaban las dos velas previamente mencionadas.

—Es una burla pedir esto

Por un momento paso por su cabeza utilizar velas amarillas en lugar de rojas pero sabía que no estaba entre sus responsabilidades juzgar la moral de sus clientes y solo trabajaba por un módico precio.

Ella cogió un moño de material brillante y lo agitó por encima de la llama hasta que comenzó a incendiarse.

—Tu ser que tienes la forma de un hombre con caras infinitas, muéstrate ante tu exorcista bajo la similitud de la persona que hizo el sacrificio inicial y permite a esta joven ser parte de la voluntad de los seres solo por esta noche. Has un manifiesto de tu presencia Dantalian.

Una muchacha de cabello cobrizo, tez nívea y figura impecable apareció frente a la practicante del hechizo sin ropa alguna que cubriera su cuerpo.

—No entiendo para que necesita esto. —La bruja miró a detalle su cuerpo y sintió celos; ella era escuálida, no muy alta y su aspecto general estaban muy descuidado.

—Tu que me has llamado ¿Qué deseas? —Exclamó la chica con una voz imponente y asexual que parecía venir del círculo dibujado sobre el suelo.

—Por favor manipula la memoria, voluntad y sentimientos haciendo manifestación de tu poder para generar amor artificial, confunde a la persona cuyo nombre y símil te entrego en ésta hoja de papel

—Dalia, te vas directo al punto como siempre —exclamó la voz revelando el nombre de la exorcista— ¿has intentado por una vez el método humano y no lavar el cerebro a los pretendientes?

—Se los prometo, se los doy, no hay más —se defendió Dalia— ¿A quién le interesa decir artificialmente “te amo a una persona” y recibir un asqueroso beso de aquel que algún día traicionara tu confianza?

—Lo dice quién me invoca para unir a una pareja…— replicó cínicamente el demonio.

El papel se derritió en sus manos y estas quedaron frías por el contacto con un ser proveniente del frío infierno.

—Te advierto de tu hipocresía —habló Dantalian— Esa falta de conocimiento podría provocar un fallo crítico en lo que deseas y de ser así dudo que dios te salve.

Era de mañana y la chica apago ambas velas con sus dedos mojados en saliva pero algo inusual sucedió, las velas quemaron las yemas de sus dedos y generaron un dolor repentino y punzante que se disipó en pocos segundos

—No es mi culpa que dios me sabotee… —murmuró para sí mientras se lamía los dedos.

1 comentario:

  1. Me gusta la narrativa y los nombres. Es una historia bastante concisa, de hecho de lo mas corto que he leido que si me haya gustado.

    Me agrada el como se describe el cuarto, muy concreto insisto, pero te hace generar una idea de como se ve, no te trata como idiota falto de imaginacion, ni tampoco como si no fuera interesante, eso le da un excelente toque.

    El personaje de Dalia (y que la historia vaya en romance) me da una idea de que podria tratar esto, pero no adelantare conclusiones (usualmente la cago, siendo honestos) pero aun asi, atrapa y eso es lo que importa.

    Bueno, es todo lo que puedo decir, esta bastante bien y realmente no se que podria criticar, claro, en el sentido de mejorar algo, no de molestar.

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