septiembre 30, 2012

Aidé-Snowflake


Ella se paró en frente de mí, mirándome fijamente, como queriendo encontrarse. Sus ojos se movían lentamente de arriba hacia abajo, movía la cabeza de un lado a otro, fruncía el ceño algunas veces, otras más dejaba nacer una sonrisa. Su mano delgada se acercó, intenté con todas mis fuerzas sentir el calor de su cuerpo vivo, pero mi piel plateada e inerte sólo pudo abollar momentáneamente las yemas de sus dedos. Me frotó un poco, queriéndome quitar alguna imperfección, hacerme más liso ¡Qué ilusa! No es como si ella pudiera darme forma. Y es que yo tengo las formas de todos, soy un contenedor, soy EL contenedor.

Ella se movió, no alcancé a ver a dónde se había ido. Al cabo de varios minutos, pasó de nuevo frente a mí con un andar despreocupado, hermosamente desnuda y con gotas escurriéndole rápidamente y colgándose de su piel. Se envolvió en una toalla, las luces se apagaron y ella se fue de nuevo. Inmerso casi por completo en la oscuridad, con ayuda de los minúsculos y apáticos caminitos de luz nocturna que se colaban por la pequeña ventana,  me dediqué a fotografiar y guardar en mi interior, todas las formas  y tonalidades posibles con mis enormes ojos. Inspeccioné cada azulejo y cada rincón de manera rutinaria pero no había nada nuevo.  Al menos podía ver algo, sin esa luz tenue, probablemente mi existencia no tendría ningún sentido en ese momento.

Las horas pasaban,  dentro de mí había un sentimiento que me incomodaba en extremo, ¿habría, tal vez, una forma que no me perteneciera? Jamás, imposible, inconcebible,  ya no me cabía ninguna más. “Ya las tengo todas, aquí guardadas detrás de mis ojos,  ahí se revuelven, se contraen, lloran, hasta que yo decida dejarlas salir a su encuentro con la realidad”, pensé. Poco a poco la ansiedad desapareció, y yo sólo exploraba en mi  colección de formas para seguir matando el tiempo, apenas habían indicios de un amanecer, el cuarto de baño tenía un poco más de luz, la forma del aire se manifestó, la ventana estaba abierta.

Suspiré… pronto comenzaría mi labor de dejar salir formitas, algunas me gustaban, como la bella chica cuando se baña, otras eran un tanto ridículas, como la pequeña alfombra en el suelo.  Y pues a veces simplemente… ¡¿Pero qué?! ¡¿Qué demonios es eso?! No sé de dónde salió una pequeña criatura, blanca y tan blanca, con cuatro alas y un par de antenas peludas igualmente blancas, no sé, increíblemente blanca, increíblemente voladora, increíblemente se me acercaba, “¡no sé quién eres! “, le grité. “¡Aidé! ¡Aidé! Tu nombre será Aidé!”, le grité cada vez más fuerte a esa especie de divinidad extraña que nunca había visto, mi cuerpo comenzaba a colmarse de manera enfermiza  de sus formas.

Mi cuerpo ya no resistía, ¡ya no cabía nada más! me sentí inflado, seguí creciendo, seguí creciendo, me estaba rompiendo, ¡las formas se me escapaban!, de uno en uno los pedazos de mi cuerpo caían al suelo estruendosos hasta que sólo quedó una partecita que ardía y sangraba gris, “¡ayúdame, preciosa Aidé!”, es lo último que alcanzo a decir.

4 comentarios:

  1. Vaya por el como esta escrito, o sea como avanza la historia, me recordó un poco al bestiario de Cortazar. Algo que me encataría señalar es que el lenguaje y la prosa de que hace gala este relato corto es simplemente sublime, usas palabras simples pero que le dan una nueva tonalidad a todo, es como leer poesía en verdad, y es maravilloso.

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  2. Muchas gracias por tu comentario <3, en verdad no creí recibir una crítica tan positiva, hasta pensé que no se iba a entender y que debería ser más explícita. Lo que dices de "Bestiario" es chistoso porque leí todo el compendio de cuentitos de ese libro, menos, justamente, Bestiario xD. En fin, muchas gracias de nuevo.

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  3. Me encantó, estoy completamente de acuerdo con Kaifan, no hay nada rebuscado (aunque en cierta partes me perdia, pero eso ya es mi problema) al final se logró entender todo, amé este cuento, así con esas palabras lo digo, lo amé.

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  4. Mi temor era que no se entendiera, incluso de lo dí a leer a otras personas y un par de ellas no lo entendieron, pero bueno, al parecer hay personas que sí lo entienden y hasta gustan de mi cuento, me impresiona mucho, pero qué bien, gracias.

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