octubre 12, 2011

Fragmentos de una historia de Amor-Prefacio: Recordar es vivir


Caminaban uno al lado del otro. La luz de la luna alumbraba de un modo precioso, era una noche hermosa para caminar en la ciudad de México. Pese a todos los riesgos, todos los males que aquejaban a la urbe y contra todo pronóstico, la noche era probablemente la más bella del año.

Llevaban un paso tranquilo, acompasado. Verlos andar codo a codo era como ser partícipe de una representación de un mimo imitador, o de observar un juego de sombras. Era una danza de dos almas que se movían como si fuesen un solo ser terreno. Era en verdad, un espectáculo encantador.

El viento soplaba con fuerza. La noche era hermosa, el cielo estaba despejado y la luna alumbraba de una manera esplendida. Solo estaba fuera de tono el viento helado. Aun así, ellos caminaban con total calma, incluso parecía que adrede iban tan despacio hacia su destino.

—Y a pesar de todo, seguimos cantando— parafraseo a Benedetti.
—Pues aquí estamos, al menos hasta que lleguemos a mi casa— dijo ella con una sonrisa de melancolía.
—Es una noche preciosa, una maldita noche increíble— dijo él con una sonrisa a medias y con tono molesto.
—Si te sirve de algo, hace un frio terrible.
—Bi tanto, si fuera tan malo, no estaría yo tan fresco en bermudas y sin chamarra. Usualmente en los libros lees que estas noches son horribles, con truenos, lloviendo a cantaros y casi-casi asesinos o malandrines en cada esquina.
—Bueno, bien sabemos que no todo es como lo escriben— su sonrisa perlada brillaba gracias a los rayos de luna.
—Lo sé Denise, es solo que ya sabes, no se a quien se le ocurre escribir cosas así. Hasta la fecha, nunca en mi vida me ha tocado que el escenario vaya acorde a ninguna situación. No hay nada que hacer con esos románticos escritores.

Se carcajeo secamente de su propio chiste. Al ver que ella solo esbozo la mitad de lo que alguna vez fue una sonrisa. El estaba cansado y seco de grandes ideas o discursos de palabras elegantes y sin embargo, le exigió a su mente y sus confines una frase, una palabra o lo que fuera que pudiera permitir que la plática siguiera.

—¿Te acuerdas de que precisamente andando por estas calles te me declaraste? — cuestiono la chica.
—Claro que lo recuerdo— dijo él sonriendo y respirando aliviado de que la charla siguiera—. Como olvidarlo, fue un momento cumbre en esta relación.
—Un momento de mucha tensión para mí— rió ella.
—Son recuerdos maravillosos, bien dicen que recordar es vivir. Podría hablar de todo lo que recuerdo como si fuera una vida entera y apenas abarcaría una parte de nuestra historia.
—Bueno, yo también tengo muchos recuerdos tiernos y bonitos, de hecho, muchos de ellos son lo mejor de mi vida.
—Bueno, nuestro destino aun está un poco distante. ¿Quieres revivir algunos de esos recuerdos?
—Sí, eso estaría bien.
—Bueno, el límite va ser tu casa evidentemente. Yo creo que a pesar de todos los recuerdos y detalles, tenemos tiempo.
—¿Estás preparado para oír mi versión de varios hechos? — Dijo ella sonriendo y entrecerrando sus pequeños ojos rasgados.
—Desde que te vi “bien”, ame tus ojitos Denise—dijo el sonriendo con dulzura.
—Y yo desde que vi esa sonrisa, la que de verdad haces cuando estas contento, sentí que te amaba.
—Te amo Denise.
—Y yo te amo a ti Alberto.
—Bueno, pues vamos a empezar a contar esta historia, aunque sea por partes.
—Solo espero que esto no termine siendo un libro o algo así ¡Qué pena!
—No te preocupes —una sonrisa maliciosa se dibujo en sus labios—. Precisamente el que escribe, suele cambiar los nombres de los personajes.
—Ni se te ocurra Alberto…
—¿Qué te parece si mejor empezamos?

Corto el chico astutamente para evitar un regaño o un sermón de proporciones titánicas. Ella le miro con sus hermosos y pequeños ojos cafés y sonrió. Solo él podía salirse con la suya haciendo ese tipo de cosas.

Sus miradas se cruzaron y sonrieron tontamente, como un par de enamorados precisamente.

Y sin más, el tomo la palabra. Después de todo, a él le gustaba creer que ese era su oficio genuino, narrar historias, aunque fuese una historia de amor en partes.

3 comentarios:

  1. ¿Qué es lo que hace que escribas este tipo de historias? Es fuera de lo común. Va bene, va bene. ^^

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  2. hay sentí cosita al leerlo... me dio pena XDDD

    <.< eso fue muy ... tierno

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  3. "Precisamente el que escribe, suele cambiar los nombres de los personajes" ¡Ay, ajá!

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