La cafetería, el centro social de cualquier universidad. El lugar
donde todo tipo de personas convivían unas con otras, olvidando sus
diferencias por un momento y comiendo como hermanos.
Ancel no sabía como había llegado ahí.
—Oye
Gael, tengo algo que preguntarte— la neblina que cubría su mente
comenzaba a disiparse, y por un momento creyó que la cabeza le
explotaría, pero solo era un leve malestar.
—¿de que se trata?— respondió mientras mordía un enorme sándwich de queso y salami.
Los
dos estaban ahora en la hora del almuerzo, el constante ruido de
charolas y platos moviéndose a la vez que un vaso caía rompiendo
estrepitosamente fue lo que hizo poner los pies de nuevo en la tierra a
Ancel, el dolor de cabeza se esfumo repentinamente y sintió como si
hubiera despertado de un sueño.
No le dio mucha
importancia a lo que le pasaba, el era un tipo enfermizo y seguramente
su cuerpo se estaba defendiendo de algún tipo de virus.
Cruzo
los brazos y recargándose en la mesa se acercó a Gael y le dijo— vez a
esa chica, la del listón verde—señalo con el mentón, intentando no ser
tan obvio.
—sí, ¿que tiene? ¿Quieres que te consiga una cita con ella?— interrogo alegremente mientras atacaba una vez más su comida.
—No seas ridículo, solo quiero saber si la conoces o si la habías visto antes— se defendió Ancel, aun observando a la joven.
—Y
quien es el ridículo aquí, como piensas que la he visto antes si es la
chica nueva, la que viene de la última gran selva— Gael miro
desconcertado a su amigo – que pasa Ancel, estas más despistado que de
costumbre— sugirió el rubio.
—Es que en el salón de dibujo paso algo extraño…— explicó mientras jugaba con un trozo de jícama.
— ¿Podrías ser mas especifico?— se burlo Gael—porque nosotros no somos muy normales que digamos.
—Esque
no me acuerdo…— dijo pesadamente llevándose las manos a la cabeza como
si, al tratar de recordar, su memoria solo le estuviera pasando imágenes
borrosas.
El rubio no pudo contener la carcajada y aplaudió en señal de burla, a lo que Ancel contestó lanzando una papa frita.
Pero
parecía que las cosas no podían simplemente pasar, cuando menos se
dieron cuenta, la chica había tomado asiento en la mesa en que
estaban—Es normal— pronuncio.
Los dos jóvenes
quedaron con la boca abierta y sin palabras. La joven les había oído.
¿Ahora que podían decir? El cerebro de ninguno de los dos funcionaba
bajo ese tipo de presión. Se miraron mutuamente y apartaron la mirada de
los penetrantes ojos miel de la recién llegada.
Ella les observaba silenciosamente entre risas mientras abría un paquete de papas fritas.
Ancel
no tenia idea de que decir, y cuando miro a Gael para buscar algún tipo
de ayuda, este solo hizo un gesto de disculpa hacia los dos y señalo
que no podía hablar porque estaba comiendo y era una falta de educación
hablar con los alimentos en la boca. Típico de él.
El joven mago de fuego no supo reaccionar de la manera adecuada.
Coloco sus manos en la mesa y mirando fijamente a la chica se levanto y entre tropiezos llego al baño de hombres.
Si
habláramos de los “defectos” de Ancel, uno muy importante es que no es
muy sociable a pesar de ser tan alegre, simplemente no podía
relacionarse bien con las personas, no era el tipo de joven que podía
llegar con un perfecto extraño y comenzar a platicar sobre el clima o el
juego de la noche pasada, simplemente no podía.
Y mucho menos con una persona que acababa de conocer, no, ni siquiera conocer, de ver.
¿Lo había oído hablar de ella?
La
puerta del baño se abrió y Gael entro agitado mirando a Ancel quien
había mojado su cara y ahora se estaba secando con un pedazo de papel.
—
¿que te pasa amigo? No vez que esa chica te espera y tu aquí
maquillándote…— dijo masticando algo irreconocible y limpiándose con la
manga de su suéter.
— ¿Pues que quieres que haga?
Ir y decirle así como así “Hola, soy el tipo de dibujo y me causas una
mala impresión, mucho gusto” –Ancel no solía ser sarcástico, esa era el
área de Gael, pero cuando se sentía nervioso, no sabia lo que decía.
Pero
Gael sí lo sabia, podía leerlo en cada expresión de su rostro— bueno,
al menos regresa y dile que…que te confundiste, o… ¡yo qué sé,
ingéniatelas!, además, ¿como sabe que estabas hablando de ella? No
dijiste ni su nombre.
Ancel cayó en cuenta de que
su amigo tenía razón, ella seguramente solo iba pasando y tal vez
escucho su conversación por pura casualidad, y Ancel fue el que hecho
todo a perder al huir de la mesa. –Esta bien, hablare con ella— y salió
del baño.
Falsa seguridad.
La
joven vio que Ancel se aproximaba y lo miro de pies a cabeza, y él no
podía hacer lo mismo ya que mantenía la mirada apartada como intentando
ser un chico frio e indiferente.
—Este…perdón por lo de hace un momento— dijo Ancel y dio un trago a su soda –tenia algo muy importante que hacer.
—¿Ya
lo creo, en el baño verdad?— contesto la chica mientras dejaba escapar
una ligera sonrisa y lanzaba una fresa rebanada a su boca.
—¡Eso
no es lo que quería decir!— respondió rápidamente Ancel y por primera
vez la vio a conciencia. Ella tenía unos hermosos ojos acaramelados y su
cabello café hacia que resaltaran más, su piel era como un lienzo de
papel albanene por la transparencia que mostraba y el brillo sobre ella
parecía casi espectral. Era como una fría amazona citadina,
perfectamente acoplada al entorno y por lo visto, tambien tenía el
control de la situación.
Al principio parecía
que ella tampoco tenia la menor idea de quien era Ancel, hasta que en
ese momento donde intercambiaron miradas ella le reconoció –Ah, tu eres
el tipo de dibujo— exclamó un tanto alegre a pesar de su intromisión en
la platica de los dos chicos, como si de verdad acabara de caer en
cuenta que hablaba con alguien a quien ya conocía.
¿Conocía?
—Si,
soy yo, mi nombre es Ancel— dijo ya un poco mas relajado, pero sin
dejar su lado tímido. Gael acababa de llegar del baño y tomo asiento. La
chica lo vio y mostro un deje de sorpresa, a lo que recogió rápidamente
su charola de comida y se retiro sin despedirse.
Los dos jóvenes quedaron pasmados por esa reacción, ¿Quién era que así como llego se fue?
Gael miro a Ancel quien tambien se encontraba desconcertado y le dijo—¿que demonios pasó?
—¿Que
qué pasó?— respondió ofensivamente a Gael—tu apareciste y ella
huyó…—intento excusarse— además, si decías que yo era raro… ¡la hubieras
oído!— exclamo con verdadera sorpresa.
—Tu la
oíste al principio, primero dijo que era normal— acentuó la ultima
palabra con sus dedos simulando comillas— y luego pareció que apenas
sabia que era yo.
Su amigo dio un largo sorbo a su bebida —mujeres…
Interesante, de manera que la chica ojos de miel va ser un personaje recurrente, me agrada, sobre todo porque es más rara que los dos muchachos.
ResponderBorrarAlgo que he de confesar, es que a veces me confundo con quien es quien, bueno, realmente a veces, pero por la situacion lo entiendo XD todo fue muy atropellado.
Me llama la atencion la historia que habra detras de la chica ojos miel, sobre todo por su actuar tan esquivo y claro, peculiar.
Gracias de nuevo por el comentario, me da mas energia para seguir escribiendo,xD.
ResponderBorrarPrmet volver a actualizar más seguido (como antes,xD)
Y por supuesto, de la chica pueden esperar más :D